Episodio 2: Tu producto no puede ser para todos

Cuando empezamos a emprender queremos venderles a todos… ¿pero esto es algo bueno? es una estrategia que realmente funciona? Hoy te cuento porque ésta es una pésima idea y la importancia de tener a tu cliente ideal definido.

 

 

Sé que al inicio todos pensamos que nuestro curso, cuadro o canasta puede ser para cualquier persona. Podemos adecuarlo según los gustos de cada cliente. Tenemos tanto miedo a ser ¨selectivos¨ con nuestro trabajo, sobre todo al inicio, que queremos ampliar nuestro alcance lo más posible.

Lamentablemente esta es una pésima idea, cuando tu cliente ideal es “cualquier persona” tu mensaje se pierde, no puedes llegar a tocar emociones, a realmente conectar con alguien. Dime, le hablarías de la misma manera un chico de 17 años que un señor de 60? O que a una chica de 30? Lo dudo mucho, cada uno de esos grupos tiene gustos diferentes, formas de comunicarse distintas y sobretodo necesidades distintas. Sino tenemos en claro quién es nuestro cliente ideal, será muy complicado poder hacer llegar nuestro mensaje.

Te ha pasado que te topas con un post, una imagen, un video, que sientes que te están hablando directamente a ti? Que pareciera que alguien se ha metido en tu casa o que sabe que está pasando por tu mente? Este es el resultado de una persona que realmente estudió a su cliente ideal, que tiene muy en claro cuales son sus miedos y sus dudas. Y no te sientas mal si dejas a alguien fuera, que que las personas correctas llegaran.

¿Y cómo definimos a este cliente? Pues hay varias formas de hacerlo. Y probablemente la clásica de edad, sexo y gustos ya la tengas en la mente. Ahora te invito a que le sumes estas características.

Tu cliente ideal debe saber que tú lo necesitas

Tratar de convencer a alguien desde cero es una tarea demasiado demandante, que más se asemeja al vendedor persuasivo de una teleferia.

Comparte tu sistema de valores

Uff esta grábatela, por que? Porque al final del día esto es realmente importante. Los valores son claves para cualquier relación de negocios. Podemos tener diferentes religiones, opiniones políticas y demás, pero lo que va a permitir que trabajemos en armonía son nuestros valores. Imagina que te toque un cliente que no respete tu horario de trabajo? O que cuestione cada paso que das? Te va a costar mucha energía, que ningún precio valdrá la pena.

Y cerramos con el precio

Tu cliente debe poder pagarte. Esta es quizás una de las más complicadas para los artistas y creativos. Nos gusta tanto lo que hacemos que hasta nos sentimos mal por cobrar, y decidimos cosas como “ solo quiero recuperar mi inversión” o “con que los materiales estén pagados yo estoy bien”. Por favor detén esto. Solo porque ames lo que haces no significa que no puedas cobrar lo justo. Si en algún momento deseas hacer trabajo social, ese es otro tema, puedes ofrecer recursos gratuitos, tutoriales, etc. Pero siempre recuerda que tu trabajo es valioso y tu cliente ideal lo sabe.

 

Espero que esta lección te haya sido de ayuda. Nos vemos la próxima semana!

es_PEES