Mi primer encuentro con el papel al engrudo fue mientras en un taller de Encuadernación en Alemania en el 2014. En esa misma oportunidad aprendí a hacer mis primeras cajas y fue mejorando mi acabado de encuadernación. Puedes leer sobre esa experiencia aquí.

La mayoría de nuestros días la pasábamos dentro del taller, llenas de papeles, sobre el piso de cemento, con la radio tocando música clásica de fondo.

Dentro de la planoteca del estudio había algunos papeles marmoleados que siempre llamaban mi atención. Curiosa le pregunté a Helene (mi jefa) si me podía enseñar a hacerlos. A lo que me respondió que era demasiado complicado como para verlo en esta visita, pero lo que sí me podía enseñar era hacer papel al engrudo.

Así que un sábado por la mañana, cuando tenía tiempo libre, me llevo a la cocina y empezó a preparar la mezcla base, el engrudo. Utilizamos maicena y esperamos a que se enfriara. Mientras tanto fue sacando las pinturas, los pinceles y demás herramientas para poder hacer las marcas.

Me ubiqué en la parte trasera de la terraza, con vista a los árboles y empecé a trabajar. La idea del papel al engrudo en sencilla. Se hace una mezcla entre este tipo de pegamento y pintura. Esta mezcla se coloca sobre un papel y antes de que éste se seque, se le realiza diferentes tipos de marcas para crear patrones.

Según lo que pude averiguar, esta técnica es una de las más antiguas. Utilizadas desde el siglo XV para decorar cuadernos y libros. Al ser un insumo económico, los encuadernadores utilizaban esta técnica para sus trabajos. Es interesante tener en cuenta que hasta el siglo XIX los mismos encuadernadores mezclaban el engrudo con pigmentos puros para poder crear estos papeles.

El papel al engrudo tuve su auge en Europa Central, especialmente en Italia. En Francia, sin embargo, el preferido era el papel marmoleado, por lo que el papel al engrudo pasó desapercibido.

Déjame un comentario si te interesaría aprender a hacer estos papeles!