Encontrar una muestra de libros de artista no es de lo más común, ver una, dónde se haga una retrospectiva a 50 años de trabajo es algo único.
El artista en esta oportunidad era Francois Morelli, nacido en Montreal. Llegué a la galería por cosas del destino, buscando qué actividades había gratuitas ese fin de semana en la ciudad y me encontré con un taller de libro de artista.
Para empezar, ¿qué es un libro de artista? Cuando uno ve una escultura sabe lo que es, igual al ver una pintura o un dibujo. Sin embargo, en el libro de artista la situación es algo distinta. No siempre se sabe qué estamos viendo, ya que la idea de “libro” muchas veces puede ser toma de modo más libro, se le toma como un contenedor que cuenta algo, o que dice una historia. Un libro de artista entonces, puede ser un libro como tal, pueden ser hojas juntas en una caja, pueden fotografías en la pared, o un rollo de tela pintado.
Una vez en la galería, Morelli empezó a explicar cómo se llevaría a cabo el taller. Nos dio un sobre a cada uno de los participantes, que contenían unas instrucciones (en francés o inglés) y un cordón de color naranja. La primera instrucción era, salir a la calle y encontrar un árbol que nos llamara la atención, luego teníamos que amarrar el cordón a su tronco y esperar a que una palabra nos viniera a la mente. Esa palabra sería escrita en un post-it, que colocaríamos temporalmente en la galería. Después, con todo eso en la mente, nos pondríamos a crear un libro de artista con los materiales puestos sobre la mesa. Al tener tanta libertad de crear, es fácil perderse o sentirse abrumado.
Sobre la mesa había: plumones, papeles de varios tamaños, tarjetas de apuntes, tijeras rectas y de formas, y uno que otro marcador de punta fina. Pude ver en la cara de los participantes, que se les estaba haciendo difícil poder avanzar sin una guía más precisa. Y es que al pasar al lado del arte y no tanto la encuadernación, el camino es un poco más abstracto e incierto, pero también puede ser divertido.
En mi caso, la palabra que se me vino a la mente fue “relié” que viene del francés “reliure” que significa encuadernación. Últimamente he estado pensando mucho en mi situación como encuadernadora, y cómo va cambiando mi identidad al estar por acá, lejos de mi taller. En español la palabra encuadernación lleva “cuaderno” dentro de la misma, en inglés se usa “bookbinding”. Es decir, en ambos casos estoy pensando en un objeto para definir mi actividad o profesión. En francés, “reliure” sólo significa unir, enlazar. Y ser encuadernadora, no está conectado a un objeto, sino al hecho de ser un enlace.
Me di cuenta que, aunque el francés es un lenguaje aún difícil para mí, estaba teniendo una conexión mucho más fuerte que con mi lengua materna. Porque sin importar lo que vaya pasar con mi carrera o mi taller, siempre puedo seguir siendo un enlace, mi “identidad” no cambiaría.
Todo eso lo plasmé en este libro de artista. Utilicé una estructura de acordeón y dividí las tarjetas en mini ideas, cómo para que el usuario vaya leyendo parte por parte de todo este cuento.
Así como la idea de un libro de artista puede ser algo muy abierto, en ese momento yo también abrí mi concepto de quien soy. Pensar en mí, como una persona que enlaza, y no sólo que encuaderna.
¿Y tú? ¿Alguna vez has pensando en cómo cambia tu relación con una palabra al escucharla en otro idioma?