1. Decide si realmente quieres hacerlo.

Quizás estás diciendo: “claro que quiero, por eso compre el curso, el mat de yoga o la nueva máquina de ejercicio”. Pero, a veces, esto no quiere decir que realmente queramos hacer algo. Nos podemos sentir obligados por una meta pasada, o por el comentario de algún familiar o amigo.  Antes de empezar con algo, ten una conversación contigo mismo, y escúchate.
Si es algo que realmente “tienes” que hacer, también está bien. Enfócate en el beneficio final, ahí está tu motivación.

2. Crea el tiempo

Sé que parece que tus días no dan para más. Pero, si quieres realizar este curso, pues necesitamos encontrar un par de horas a la semana ¿verdad?
Identifica cuales de tus actividades diarias solamente tú puedes hacer, y cuales quizás alguien más se podría encargar.

Con la pandemia muchos descubrimos las ventajas de pedir nuestros alimentos a través de deliveries. Ahí nos ahorramos tranquilamente 2 horas a la semana.
¿Qué otra cosa podrías sacar de tu lista de pendientes? ¿Qué responsabilidades estás tomando sin siquiera cuestionarte?

3. Ponlo en tu agenda

Apunta el tiempo que le vas a dedicar en tu calendario, ya sea físico o virtual, como si se tratara de una actividad impostergable. Si esperas a empezar cuando “tienes tiempo” es probable se te pasen los días. Crea una rutina para tu curso, conviértelo en hábito.

Y… avísale a tu familia que tal día a tal hora por las siguientes 4 semanas no estás disponible.

¿No tienes un planner? Te dejo el que preparamos aquí.

4. Empieza y no intentes que sea perfecto.

La primera semana o la primera clase es la más emocionante. Todo es nuevo y estás con la energía que no puedes más. De repente la segunda clase es un poco más difícil, quizás tus resultados no te convencen, estás pensando que esto no fue una buena idea.
Pausa, la idea de un curso es aprender ¿verdad?

Entonces… lo lógico es que a la primera no te salga perfecto. El aprendizaje es un proceso, quizás si ya tienes experiencia en el tema ese tiempo no sea tan largo. Pero si es tu primera vez haciendo algo así, es normal que tome un par de días o semanas extras.

Nunca compares tu proceso de aprendizaje con el de alguien más, cada persona tiene su camino.

5. Pide ayuda

Si realmente sientes que algo no está yendo bien, busca ayuda. Ya sea enviando un correo al profesor, hablando con la comunidad del curso o en algún grupo de Facebook sobre el tema. Recuerda que ninguna pregunta es tonta, y quizás haya alguien más que siente tan perdido como tú pero le da vergüenza preguntar.

6. Disfrútalo y celebra todos tus logros.

Aunque te parezcan mínimos, necesitas celebrar tus logros mientras vas avanzando. Quizás nadie entienda bien tu emoción, probablemente sólo tú sabes lo difícil que coser esa pieza, cocinar ese queque, encuadernar ese libro. Por lo cual es tu responsabilidad celebrar cuando suceda. Esta celebración puede ser pedir comida para la cena, un brindis, una rica taza de café o hasta un baile en tu cocina. Sólo hazlo, te va a ayudar a seguir adelante.

7. Descansa y vuelve a empezar.

Algunas personas me dicen que no es lo mismo las clases presenciales que las virtuales. Sobre todo, porque en una clase presencial siempre te vas a tu casa con algo físico o tangible.  Pero… ¿no te ha pasado que después de dos semanas ya no te acuerdas como se hacía?

A mí me ha pasado incontables veces, y en el mundo virtual no es diferente.

Necesitas repetir lo que has aprendido por lo menos una vez más. La segunda vez vas a tener más confianza, podrías probar nuevas formas y hasta experimentar.

Al igual que un buen libro o película, a veces nos perdemos de información valiosa si solo lo experimentamos una vez.